En las portadas, hay que diseñar éstas de una sola pieza.
Es decir, el formato de la página en nuestro programa de autoedición ha de ser la suma de contraportada, lomo y portada. Por ejemplo, si el formato cerrado de nuestro libro mide 16 x 23 cm., consta de 96 pp. interiores y las portadas se imprimen a 4+4 cuatricromÃa (por las 2 caras), diseñaremos un archivo compuesto por 2 páginas a formato 32,5 x 23 cm. (16 cm. contraportada + 0,5 cm. lomo + 16 cm. portada). La medida del lomo, en este ejemplo, es arbitraria. El cálculo exacto del lomo lo realizamos nosotros en nuestro departamento de Preimpresión, a partir de una maqueta de tacto en el papel real de los interiores.
Para ello, puedes consultar a nuestro servicio de Atención al cliente y te informaremos de la medida del lomo para tu libro.
Si el libro tiene solapas, hay que añadir 2 mm. a la medida de la portada y de la contraportada.
Siguiendo con el ejemplo anterior, supongamos que las portadas constan de 2 solapas de 8 cm. cada una y que la impresión es a 4+0 cuatricromÃa (por 1 cara). En tal caso, diseñaremos un archivo compuesto por 1 página a formato 48,9 x 23 cm. (8 cm. solapa + 16,2 cm. contraportada + 0,5 cm. lomo + 16,2 cm. portada + 8 cm. solapa).
A la hora de diseñar los interiores, hemos de tener muy presente que el número de páginas ha de ser múltiplo de 4. Asimismo, es recomendable activar la opción de “páginas enfrentadas” al crear el nuevo documento, puesto que las páginas quedan encaradas como en un libro (página par o izquierda y página impar o derecha). Ello nos facilita la labor al compaginar el libro.
Si en nuestro diseño hay elementos “a sangre”, es necesario definir un área de sangrado de 3 mm., y los elementos que deban hacer “sangres” han de prolongarse 3 mm. más allá del lÃmite de la página.
Por otra parte, aquellos elementos que no hagan “sangres”, no conviene acercarlos demasiado al lÃmite de la página, porque podrÃan cortarse parcial y accidentalmente a la hora del proceso de encuadernar. Es conveniente reservar un margen de seguridad de 5 mm. alrededor de la página, por todos los lados, sin información útil.
La principal cualidad de un buen libro es su legibilidad. Para ello, hay que respetar 2 aspectos básicos: utilizar una tipografÃa y un tamaño de letra lo suficientemente legibles; diseñar unos márgenes amplios, sobre todo los interiores (aquellos que están junto al lomo). Cuando estamos leyendo un libro, el propio grosor del lomo hace que no lo podamos “abrir” completamente, como sucede con los productos en grapa o en wire-o. Por ello los márgenes interiores han de ser lo suficientemente “generosos” como para que los textos se lean sin dificultad.
En la impresión de libros en rústica, nosotros somos igualmente prácticos. ¿Por qué pagar más si con una solución técnica estupenda (la encuadernación PUR) puedes ahorrar dinero y obtener la misma calidad? La decisión está en tus manos.