En un entorno cada día más dominado por los medios digitales la lectura en papel ha ido perdiendo algunos espacios, como es el caso de los periódicos. Sin embargo, en el ámbito de la literatura para niños y adolescentes esta tendencia es precisamente la contraria: desde hace años estamos viviendo un renacimiento del libro infantil.
Aunque ya nadie pone en duda que los medios digitales han modificado los hábitos de lectura de todo el mundo, el libro ilustrado y el álbum ilustrado conforman una honrosa excepción. Y es que estos géneros se benefician especialmente de las ventajas propias de la lectura en papel, proporcionando una experiencia lectora incomparablemente superior a la de un libro digital.
Estamos hablando de libros ilustrados y álbumes ilustrados pero… ¿son lo mismo?
Respuesta rápida: No.
Como sabemos que sois amantes de los libros, hemos pensado que sería interesante dedicar unos minutos a aprender a diferenciarlos.
¿Qué es un álbum ilustrado?
La característica distintiva de un álbum ilustrado infantil se encuentra en que la narración de la historia se apoya en dos elementos: los textos y las ilustraciones, con preponderancia de estas últimas. En un álbum ilustrado las imágenes llevan la mayor parte de la carga comunicativa y (en algunos casos extremos) la narración podría ser contada incluso si elimináramos el texto. Digamos que en un álbum ilustrado las imágenes no decoran sino que cuentan la historia.
¿Qué es un libro ilustrado?
Un libro ilustrado es un libro… ¡que incluye ilustraciones! La historia se comunica mediante el texto y la imagen es un elemento de apoyo, pero no el principal. Es el lenguaje textual el que predomina, como en cualquier otra obra literaria.
¿Qué es un libro álbum?
Un libro álbum es lo mismo que un álbum ilustrado. La expresión proviene del francés y hoy en día en castellano usamos las dos formas indistintamente: “álbum ilustrado” y “libro álbum”. De hecho la asociación de editoriales independientes de literatura infantil y juvenil utiliza el término “libro álbum”.
Diferencias entre álbum ilustrado y libro ilustrado
Aunque a veces es difícil establecer el límite entre uno y otro género, hemos intentado agrupar las diferencias en esta lista:
1. Concepto
El álbum ilustrado se entiende a menudo como un concepto integral en el que como hemos dicho antes predomina el lenguaje visual sobre el texto. Aunque este énfasis en la comunicación visual no se limita solamente a las ilustraciones: otros aspectos como el formato del libro como objeto, la maquetación y otros puntos que veremos a continuación son puestos al servicio de la historia que se desea contar.
En el caso del libro ilustrado estamos hablando de un concepto de libro igual al de cualquier otro y en el que, a fin de amenizar la lectura, se han incluido ilustraciones en algunas de las páginas.
2. Público
Aunque pueden encontrarse álbumes ilustrados dirigidos a adultos, el álbum ilustrado infantil predomina en un 90% de los casos. En cambio, los libros ilustrados apuntan a un público pre-adolescente o adolescente que puede seguir narraciones más largas y complejas (de hecho existen también libros ilustrados para adultos).
3. Maquetación
Aunque la maquetación de un libro álbum no está sujeta a unos cánones establecidos, lo habitual es encontrar imágenes (normalmente a todo color) a página completa y sobre ellas los textos ocupando un espacio relativamente pequeño del total. Las tipografías utilizadas suelen ser de un cuerpo bastante grande para facilitar la lectura a los niños.
Los libros ilustrados por su parte suelen presentar una maquetación parecida a la de un libro convencional, con páginas enteras de “solo texto” e imágenes intercaladas o a toda página. Los tipos de letra suelen ser también grandes.

4. Impresión
Bajo este apartado agrupamos las diferencias que podemos encontrar en cuanto a los tipos de papel y a las tintas utilizadas en la impresión de libros ilustrados y libros-álbum. Aunque evidentemente en el mercado pueden encontrarse todas las combinaciones posibles de papeles y tintas, aquí nos permitiremos dar algunas recomendaciones 🙂
Aunque a veces se encuentran obras impresas a una o a dos tintas, lo habitual es que tanto los libros ilustrados como los álbumes ilustrados se sirvan de la potencia comunicativa del color como recurso. Suponiendo el caso de un álbum ilustrado con poco texto e impreso a todo color, la mejor opción será escoger papel estucado frente a papel offset, ya que el estucado resalta los colores y el offset los apaga.

Si hablamos de un libro ilustrado en el que la mayoría de las páginas son texto y con imágenes esporádicas cada “x” páginas, podemos beachyspharmacy.com decantarnos por un papel offset ya que de esta forma nos evitaremos los brillos que puede provocar el estucado, facilitándose así la lectura.
Y en el caso de los cuentos dirigidos a niños de menos de tres años, encontramos álbumes con páginas de cartón rígido, para facilitar la manipulación por parte de los pequeños.
Digamos que la elección del papel va un poco en función de cuál va a ser la actividad predominante que va a realizar el “usuario” del libro: seguir la historia visualmente, o leerla.
5. Encuadernación
Aquí nos ocupamos de tres aspectos: la forma del libro, el número de páginas y el tipo de encuadernación.
Aunque no existe ninguna norma de obligado cumplimiento 🙂 al respecto, si os dais una vuelta por la sección infantil de una buena librería veréis rápidamente que en el caso de los álbumes suelen predominar los formatos más bien cuadrados y en cualquier caso más grandes que los que encontramos en los libros para adultos. Los libros ilustrados pueden presentar también estos formatos pero cuanto mayor sea la presencia de texto, más se parecerán a los libros convencionales.

Cuando hemos hablado del álbum ilustrado como un concepto integral ya hemos mencionado que la propia forma del álbum puede ponerse al servicio de la historia ¿cómo? Mediante el troquelado: es bastante común encontrar formas de álbumes no “rectangulares”, sino “recortadas” con la forma del personaje principal de la historia por ejemplo.
En cuanto al número de páginas, los libros-álbum rara vez van más allá de las 32, mientras que un libro ilustrado puede tener una extensión bastante mayor.
La encuadernación más utilizada con diferencia en los álbumes ilustrados es la tapa dura: a causa de su resistencia y durabilidad es el tipo de encuadernación más adecuado para un producto que va a ser manipulado por niños de corta edad.
Los libros ilustrados se suelen encuadernar en tapa dura o bien rústica, aunque se utiliza la encuadernación rústica en mayor proporción que en el caso de los álbumes.